Dado que la experiencia del peatón tras sus pasos es tanto o más importante que el propio "desplazamiento", es importante poder identificar los elementos que distinguen un buen entorno peatonal de uno pobre. A continuación se describen e ilustran once medidas de evaluación específicas que resaltan aspectos importantes de las rutas peatonales y que creemos interesante tenerse en cuenta. Estos conceptos se basan en Jaskiewicz (2000).
Acotamiento/Definición
El principio de acotamiento mide el grado en que los bordes de la calle están definidos. Un buen acotamiento provoca que los ojos del peatón se centren en la calle en lugar de en los espacios en blanco entre, detrás o delante de los edificios. Las calles comerciales demuestran mejor el acotamiento cuando los edificios se construyen uno al lado del otro a lo largo de la acera, minimizando el volumen de espacio vacío entre y delante de los edificios.
Un peatón en una calle bien acotada se encuentra en una hilera continua de escaparates a escala peatonal, mientras que un peatón en una calle mal acotada se encuentra con una sobreabundancia de espacio vacío, principalmente estacionamientos, y se ve empequeñecido por las vastas distancias entre elementos.
Las calles residenciales, especialmente aquellas compuestas principalmente por viviendas unifamiliares, obtienen el acotamiento principalmente de los árboles en la calle en lugar de los edificios. Los árboles en la calle permiten que la vía se defina incluso con mayores distancias y espaciado de edificios, siempre que estos elementos sean consistentes a lo largo del corredor.
Un buen acotamiento tiene impactos positivos tanto en la seguridad como en la estética. Las calles que muestran un alto grado de acotamiento transmiten una sensación de estrechez a los conductores, lo que los induce a conducir lento y con cuidado por temor a chocar los objetos sólidos que definen la vía. Por el contrario, los espacios abiertos y sin restricciones invitan a altas velocidades, creando condiciones peligrosas para los niños que juegan, así como para los peatones y ciclistas.
Un beneficio adicional para la seguridad peatonal de un buen acotamiento es que los edificios ubicados de manera continua a lo largo de la acera proporcionan "ojos en la calle" que desalientan la actividad delictiva. Una composición de edificios uno al lado del otro también limita la cantidad de lugares oscuros en la calle que son difíciles de vigilar, y reduce el número de rutas de escape disponibles para los delincuentes.
Complejidad de la red de acerado
Una red de acerado completa/complexa proporciona a los peatones numerosas opciones de ruta entre los puntos de origen y destino. En otras palabras, una red de acerado compleja garantiza un alto grado de conectividad entre los puntos de interés y los domicilios. Sin una red de acerado compleja, los peatones a menudo están atrapados en la misma ruta día tras día, lo que convierte incluso los caminos más agradables en monótonos.
Una red de acerado pobremente conectada, además de no proporcionar rutas alternativas adecuadas, en muchos casos canaliza a los peatones hacia una única ruta sinuosa que no representa típicamente la distancia más corta entre dos puntos. Desafortunadamente, cuando la infraestructura pública no está diseñada para preservar una densidad razonable, la distancia más corta suelen estar bloqueada por alguna propiedad privada. Esta condición es muy frustrante para los peatones y, por razones obvias, no fomenta caminar como una forma alternativa viable de transporte.
Articulación de los Edificios
Escaparates, edificios o casas realizados con varios materiales, diseño, color y decoración contribuyen a tener una buena experiencia al caminar. Los mejores ejemplos se encuentran en los centros históricos y los vecindarios cercanos donde los edificios fueron diseñadas originalmente para atraer a peatones caminando a baja velocidad en lugar de tráfico de alta velocidad, ya que caminar fue durante mucho tiempo la forma dominante de transporte entre hogares y negocios.
Por el contrario, en la mayoría de los corredores de centros comerciales contemporáneos, los edificios y los carteles están diseñados para atraer al tráfico vehicular de alta velocidad en lugar del tráfico peatonal de baja velocidad. Los peatones a lo largo de tales rutas se ven obligados a ver los elementos del corredor a un ritmo peatonal lento en lugar de a su velocidad de lectura prevista de 50 a 70 kmph, lo que hace que el paseo sea muy monótono y sin cambios. Además, los negocios de los centros comerciales suelen depender de señalización agresiva y estacionamientos amplios, en lugar de detalles arquitectónicos, para llamar la atención de los transeúntes.
Complejidad de los lugares públicos
Lugares públicos complejos, no uniformes y con carácter incrementa el interés en el paseo en los los distritos comerciales y los vecindarios residenciales. Elementos naturales, como agua y árboles autóctonos, destacan dentro de los lugares públicos para ayudar a llamar la atención y romper con la monotonía de las rutas peatonales.
Se aconseja que la geometría de los lugares públicos sea dinámica y cambiante para incrementar la buena experiencia peatonal.
La presencia y diversidad de lugares públicos a lo largo de las rutas peatonales son de gran interés para la calidad peatonal.
Los árboles y la sombra
La sombra de los árboles mejora el nivel de confort de los peatones en días calurosos de verano. Los árboles aportan frescor a los peatones y protección al sol. Además, los árboles proporcionan una agradable estética a la calle y contribuyen a la definición y al “buffer”. En algunos casos, los árboles también proporcionan refugio contra la lluvia (pero no durante las tormentas eléctricas, por supuesto).
Transparencia
La transparencia se refiere a la transición entre el espacio público y el privado. En calles comerciales, la transparencia se logra mediante el uso de ventanas, exhibiciones al aire libre y cafeterías en la acera. En áreas residenciales, los porches delanteros facilitan una interfaz entre la calle y los edificios.
Estos elementos de transición permiten que los espacios público y privado se encuentren entre sí de manera más propia, lo que permite a los peatones pasar y tener una idea del espacio privado sin tener que entrar en cada edificio. Los edificios que se presentan al espacio público con paredes en blanco sin ventanas o cercados altos obtienen generalmente bajas puntuaciones en cuanto a transparencia.
Calidad y Condición
Por razones obvias, la condición física general de las aceras y las calles tiene un impacto profundo en la calidad del entorno peatonal. Las áreas que no tienen aceras en absoluto suelen recibir las calificaciones más bajas en esta categoría. También se obtiene puntuación negativa si las aceras están rotas o agrietadas, son desproporcionadamente estrechas, presentan árboles o postes que obstruyen el paso peatonal, o tienen un deficiente drenaje.
Velocidad de los coches
Como se mencionó anteriormente, la velocidad por la que pasan los coches en la calle tiene un gran impacto en la seguridad real y percibida de los peatones. La velocidad está influenciada por muchos factores, el menos importante probablemente sea el límite de velocidad señalizado. Aunque el acotamiento, facilitado por los edificios y los árboles en la calle, tiene una gran influencia en la velocidad del conductor, también lo tiene el diseño físico de la propia vía.
La velocidad de diseño, no la velocidad señalizada, es el factor más influyente para determinar la velocidad de las calles. En general, los siguientes factores fomentan velocidades lentas y, por lo tanto, sirven como influencias positivas en el entorno peatonal: calles estrechas, anchos totales de pavimento estrechos, líneas de visión interrumpidas, giros bruscos, estacionamiento en la calle, tratamientos en los cruces peatonales.
Iluminación
El nivel de iluminación en las calles tiene importantes implicaciones para la seguridad peatonal, real o percibida, tanto en términos de actividad delictiva como de protección contra vehículos.
Las luces de la calle deben colocarse de manera que desalienten la actividad delictiva además de proteger contra conflictos peatonales/vehiculares. Además de mantener los estándares mínimos a lo largo del corredor, las luces deben ubicarse de manera que se minimice el número de posibles "escondites" a lo largo del corredor, como plazas sin iluminación, parques, callejones y otros espacios oscuros.
Referencias
Jaskiewicz, F. (2000). Pedestrian level of service based on trip quality. Transportation Research Circular, TRB.
Málaga, Spain